sábado, 19 de abril de 2008

Ubu Rey

Esta obra de Alfred Jarry fue por primera vez representada en el Théâtre de L'Oeuvre, París el 10 de Diciembre de 1896, rompiendo con todos los cánones preestablecidos para el teatro de esa época. Es incluso considerada la obra precursora del estilo teatral Dadaísmo que según el libro Teatro Para Principiantes de Antonio Avitia se define como: “una corriente que tiende a suprimir cualquier relación entre el pensamiento y la expresión. Toma su nombre de Da Da, los primeros balbuceos que supuestamente hacen los niños cuando comienzan a hablar. Surge hacia 1916 en medio de la Primera Guerra Mundial. Hay quienes piensan que el autor francés Alfred Jarry (1873-1907) es el precursor de este movimiento con su obra Ubu Rey (1896), en la que cuestiona y rechaza el sistema jerárquico y explotador burgués”. Junto con esta obra se comenzó una nueva forma de teatro que se extendió a lo largo del siglo XX, siendo sujeta a cambios, pero abriendo los ojos para hacer teatro desde un punto de vista diferente. Cambios que fueron representados desde la iluminación al maquillaje pasando por los vestuarios y argumentos de las obras. Jarry no sólo se convirtió en el precursor del Dadaísmo teatral, sino que también, gracias as u obra se comenzaron otros estilos teatrales como el surrealismo y el Teatro del Absurdo.

Esta obra hace una clara parodia a la obra de Shakespeare, Macbeth. Donde Ubu, el personaje principal es representado como un cruel y ambicioso gobernador de Polonia. No obstante este personaje es también cruel y cobarde, y pasa a transformarse en un personaje emblemático en las obras de Jarry. Con esto el personaje de Ubu, caricaturesco y ostentoso en todas sus dimensiones físicas, deja al descubierto la espiral en su panza (símbolo de su absoluto egocentrismo), se convierte en el personaje medular de la obra de Alfred Jarry. Este símbolo de espiral, es una demostración del arte que desarrollo Jarry, y que fue parte importante como un simbolismo en sus montajes.

Esta obra se sitúa en Polonia, donde el Padre Ubu y la Madre Ubu (personaje manipulador e influencia negativa para Ubu) deciden derrocar al actual rey de Polonia para convertirse en los nuevos gobernadores dela región. Lo cual es llevado a cabo con la ayuda de un respetado general y su ejército, instalando una terrible tiranía. Pero el hijo del asesinado rey escapa y acude por ayuda para devolver el orden en el país e instaurarse como el legítimo heredero al trono polaco. Mientras el hijo del antiguo rey, reúne fuerzas, Ubu con su descarada ambición comienza a exigir demasiado de los humildes trabajadores de su país dejándolos en las más precarias condiciones. Sin embargo, este régimen de terror no dura mucho pues llega el hijo del antiguo rey, y Ubu debe ir a la guerra donde es derrotado y debe escapar de Polonia junto con su esposa en barco, sin embargo este barco naufraga y ambos terminan en las peores condiciones.

La adaptación que presencié de esta obra fue representada en el teatro de la Universidad Católica, fue un espectáculo de excelencia, que aún hoy en día rompe con los esquemas preestablecidos del teatro. Si ahora causa el efecto que en efectiva causó, seguramente en el año de su estreno tuvo un impacto aún mayor. Si bien los colores seleccionados para los vestuarios (rojo, negro y blanco) rayan en lo trillado, siguen causando gran impacto sobretodo los símbolos de espiral (arte de Jarry) lo cual es esmerado pues se mantiene la estética original de la obra. Esta obra constaba de música en vivo, que acompañaba los cantos de los actores, pues muchos de los parlamentos, en efecto, eran canciones. Sin embargo la adaptación había sido total conservando las bases. Si en un principio se criticaba a la monarquía ahora se criticaba el gobierno actual y sobretodo el problema del Transantiago. Logrando identificación y risas entre los espectadores.

La escenografía constaba de dos estructuras metálicas que eran utilizadas para distintos fines, en un comienzo cumplían el rol de tronos para los reyes Ubu, luego eran utilizados de cárceles para los mismos, de roncos de un árbol (donde se escondían los soldados antes de atacar al Rey Ubu, clara parodia a Macbeth, cuando los soldados se escondían en el bosque de Birnam antes de atacar a Macbeth en el castillo de Dunsinane). Al ser estructuras movibles, los personajes principal podían ser trasladados sobre estas estructuras. Asimismo, utilizaron un simulacro de mar que era una estructuras con tres corridas de olas que se activaban gracias a unos pedales. Los elementos empleados eran muy sencillos, casi rústicos, pero cumplían perfectamente su rol de ayudar en el desarrollo de la obra, gracias a que los actores los utilizaban de maneras especiales sin dejar espacio a que los espectadores los vieran como simples estructuras; sino que los espectadores vean las estructuras como los actores necesitan que las vean.

Los vestuarios como mencioné anteriormente constaba de dibujos rallados y de los colores rojo blanco y negro, lo cual se apegaba a los diseños del Alfred Jarry, sin embargo, lo que me impresionó fue el maquillaje. El maquillaje era muy cargado resaltando ciertos rasgos particulares para cada uno de los personajes, haciendo claras distinciones entre las clases sociales y los distintos rangos en el ejército. Incluso algunos personajes tenían unas especies e mascaras para resaltar aún más ciertas partes se sus rostros, por ejemplo, la frente. Dichas exageraciones en conjunto con la mezcla homogénea de los colores daba el aspecto a que se estuvieran observando caricaturas (como las que dibujaba Jarry) en vez de estar viendo a personas común y corrientes actuar.

Esta obra tenía mucho de musical, y aún cuando par una de las canciones, uno de los micrófonos fallo, se entendía muy bien la idea principal, y la transmisión de emociones, más que el argumento de la obra en sí. Los movimientos eran extremadamente expresivos, siendo muchos de estos bailes coreográficos que llamaban la atención, ante la inminente coordinación de los distintos personajes. Asimismo, cuando los personajes hacían “apartes” es decir se dirigían explícitamente al público, eran muy exagerados para que se notara la diferencia entre lo que iba ocurriendo en la obra y lo que se explayaba al público. La iluminación y los sonidos (banda en vivo) estaban muy bien coordinados con las acciones llevadas a cabo por los personajes, sobretodo en el momento en que simularon la guerra, que el juego de luces hizo la simulación de las armas de fuego que se disparaban.

En definitiva, y a mi modo de ver, esta obra si bien tuvo sus orígenes muchos años atrás sigue logrando el mismo efecto en los espectadores que en los de tiempos de antaño. Es el causar extrañeza, diferenciarse de los distintos tipos de teatro conocidos, mostrar un estilo único y original, que contiene un argumento y una trama central, pero que lo primordial es la crítica social inserta en el argumento y el sentimiento que provoca este espectáculo entre la audiencia. La originalidad con la que se presentó la obra no sé si atribuírsela al director o al mismismo Alfred Jarry al lograr ingeniar una obra de este calibre y que repercutiera más de cien años después, de modo similar a como lo hizo en 1896.

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